martes, mayo 17

And I would wait for you, and I'd wait forever too


Tengo antojos, porque de a poquito llega mi mes, de a poquito y con la voz del tren, que se acerca con las luces avisando. Se acerca despacito en las mañanas anochecidas, se acerca despacito, en mis sueños, y helando mis heridas. Porque después de tantas preocupaciones, me doy cuenta de que estoy tan tranquila. Y tenía que tardar dieciocho años en tranquilizarme, eh. Después de tanto, recupero esa alegría tonta e inocente, siento que despacito, como el invierno llega, me vuelven a agarrar aquellos antojos de cuando era chica. Jamás me detuve tanto en considerar si comprarme las barritas kinder o no, como hoy. Aún cuando no las haya comprado (porque no tenía tanto dinero encima, obvio; sino ya estarían en mi pancita). Con el paso de mayo y con la llegada de junio, me veo en paz (interrumpida por la facultad, ¿no? pero eso pasa, se va con el solo enfrentarse con el cuestionario).
Tengo antojos. Tontos y no tanto. Como hoy que tenía a mi hermano encima, dormido, y se me antojo acariciarle el pelo mientras dormía y sonreía. Como acordarme de diciembre, entre baldosas húmedas, y hojas que lagrimeaban, con una amiga en jeans arremangados y hojotas, aún las ampollas, corriendo por Libertador gris. Tengo antojo de esa tarde después de tormenta. Tengo ganas de ver Pearl Harbour en mis nuevos puffs, con panqueques, muchos y los chicos. Tengo ganas de sentarme bajo el sol, un domingo a las diez de la mañana, porque no hay mejor sol que el otoñal, y leer Rayuela. Tengo antojo de escribir un libro sobre mi país, y que la gente lo lea y recuerde. Quiero viajar, quiero ver aquellas películas que no veo hace mucho y aquellas que jamás vi. Quisiera compartilo con vos, pero sé que ya no se puede y eso no me pone mal. Para nada, porque ya está dicho y hecho, no hay más remedio. Quiero hablar italiano de vuelta y enredarme en el acento español de canciones que parece que sólo yo conozco. Quiero hundirme en ojos petróleo, y lmpiarlos cual pingüino. Salvarte entre sonrisas. "Perderme en tus ojos, entre blanca niebla, sos la razón por la que tiemblan mis piernas." Quiero verte amanecer. Y tener besos como aquellos, cada vez que toco Plaza Italia, sonrió al acordarme de una vez que me fuiste a buscar ahí y no sufro. ¿Quién lo diría? Estoy bien, tranquila. Por primera vez, me siento fuerte. Je, ¡soy espartana! (Mucho Aristóteles leí ja).
Ay ay, tengo antojos, y hoy sonrío, mucho, y con enfásis en la r. ¡RRRRrrrrr!

1 comentario:

El Drac dijo...

Ojala no se quede solamente en antojos sino que logres realizarlo cada uno de ellos. Un gran abrazo y sigue siendo feliz