último día de marzo

Cuerpos. Se entrecruzan, se preveen y descubren, como el universo. Son dos órbitas que siguen el mismo objetivo, entre las mismas estrellas. Cuerpos. Que erizan la piel al tocarse, rozarse o incluso verse. Son tics nerviosos, y sonrisas y pestañas hundidas en rimmel y rubor en las almohadas. Sueños de ojos cerrados y también abiertos, entreabiertos ¿o entrecerrados? Y perderme en tus ojos alpinos, negros, y tu en mis labios invisibles. Lo perceptible, lo anticonceptivo; el contexto porteño y el irreal. Es utopía, pura y viva dentro de mis oídos, eres tu príncipe militar. Una sola reflexión: la adolescencia inesperada y desesperada, que vuelve insanos a los adultos (en mi opinión, son sólo celos), y las faldas colegiales cortas a alguno que otro aún inmaduro. Saber y esconder. Saber y darse cuenta que se sabe que no se sabe nada. O algo. Pero no es ignorancia. Divago entre tus brazos. Política internacional. Los hombres nos vuelven histéricas, ellos se quejan pero aún nos quieren sus reinas. Coronas. Diamons are the girls' best friends. Cuerpos.